Coronavirus: Comprar online es cada vez más difícil.

Nos dicen que nos quedemos en casa, que no salgamos y que limitemos los viajes y el contacto con otras personas. Pero en estos primeros días de aislamiento, ha surgido el primer problema: la compra de alimentos. Los supermercados y centros comerciales, con tiendas y espacios públicos cerrados, parecen ser los lugares con mayor riesgo de contagio, pero los italianos no parecen tener alternativas. Las compras en línea , que han pasado rápidamente de ser una simple eventualidad a un fenómeno de masas, están mostrando todas sus limitaciones, debido, digamos, a los "problemas de los adolescentes".

La situación actualizada

Los tiempos de espera para la entrega de comestibles se están alargando en Milán y el resto de Lombardía debido a la demanda máxima. Esselunga ha programado las primeras entregas para que estén disponibles solo a partir del 27 de marzo. En sitios como Amazon Prime Now , los retrasos en las entregas varían de diez días o más, y el servicio, como de costumbre, solo se reactivará a medianoche. Con largos tiempos de entrega y entrega garantizada, Amazon está acelerando la entrega con medidas sanitarias más rápidas para los mensajeros (entregas a domicilio sin firma) y para los trabajadores de logística. Supermercato24 , la plataforma en línea que compra a Carrefour, Coop, Esselunga y Lidl, no garantiza entregas antes de los próximos 10 días. Según los últimos datos, la situación no es mejor en los sitios web individuales de la cadena. En Roma, las compras se han disparado un 400%: de un promedio de 30-40 pedidos por día a más de 400.

El auge de los repartos también en el pequeño comercio

Incluso los pequeños negocios , ante la crisis, están recurriendo a las entregas a domicilio para sobrevivir: bares, heladerías, pizzerías y restaurantes locales ofrecen entrega a domicilio a partir de las 6 p.m. Para entender las razones detrás de estas dificultades para lanzar las compras de alimentos en línea y competir con los volúmenes producidos por la distribución física, solo mire las cifras. Si comparamos la facturación general de las principales cadenas minoristas italianas con la facturación generada por el comercio electrónico, el desequilibrio entre las dos cadenas de suministro es inmediatamente evidente. En 2018, según datos del Politécnico de Milán, el 97% del mercado alimentario nacional, con un valor de € 83 mil millones, se contabilizó por compras físicas de alimentos . Las compras de alimentos en línea valoraron solo € 476 millones. Esta es una de las principales razones por las que el sistema de distribución entró en crisis tan rápidamente. Duccio Vitali , director ejecutivo de Alkemy, uno de los principales facilitadores digitales de Italia, añade: «Afrontar un aumento del 300 % en la demanda sería difícil para cualquiera. Grandes cadenas internacionales como Walmart y Tesco han invertido miles de millones de dólares en infraestructura digital porque creían que era fundamental para su negocio. En Italia, estamos retrasados porque los grandes operadores nunca creyeron en ella. Las cosas están cambiando ahora, pero lleva tiempo ».